Los fósiles son los restos o señales de la actividad de organismos remotos. Dichos restos, conservados en las rocas sedimentarias, pueden haber sufrido transformaciones en su composición por diagénesis o deformaciones por metamorfismo dinámico más o menos intensas.
La ciencia que se ocupa del estudio de los fósiles es la paleontología. Dentro de la paleontología están la paleobiología, que estudia los organismos del pasado, entidades paleobiológicas, que conocemos solo por sus restos fósiles, la biocronología, que estudia cuándo vivieron dichos organismos y la tafonomía, que se ocupa de los procesos de fosilización.
Muchos investigadores consideran que el resto de un ser vivo debe tener más de 11.000 años para ser considerado fósil, si se encuentra organismos preservados que sean más recientes son considerados sub-fósiles. Sin embargo otros consideran que cualquier vestigio de cualquier período geológico del pasado de la tierra puede ser considerado fósil.
La paleontología, describe y clasifica los fósiles en dos tipos principales:
Somatofósiles: Son los fósiles compuestos de partes del cuerpo de un ser vivo extinto, como dientes, caparazones, conchas, huesos, hojas, troncos de árboles o partes blandas de los animales, que rara vez se preservan.
Icnofósiles: Compuestos por indicios de que un ser vivo estuvo o vivió en un lugar determinado, como huellas, cáscaras de huevos, excrementos o heces conservadas por la mineralización o desecación, refugios o cuevas donde vivieron animales, entre otros.
Especimen NGMC 91, un increíblemente bien preservado microrraptorino apodado "Dave"que data de hace cerca de 122 millones de años, podría representar una tercera especie de Sinornithosaurus, fue recogido de la mina Fanzhangzi, cerca de la ciudad de Lingyuan, Provincia de Liaoning, China, y se exhibe en la colección del Museo Nacional de Geología de China.
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