Hace 4550 millones de años la tierra estaba cubierta por una espesa capa de nubes, bajo las nubes el planeta es escarlata, su atmósfera mucho más densa que la actual solo deja filtrar los rayos rojos hasta su superficie, su superficie estaba cubierta por un vasto océano sin señales de protocontinentes, su tamaño era una décima parte del tamaño actual, gira alrededor del sol junto con una veintena de protoplanetas de tamaño similar, hoy esa parte del espacio está ocupada por tan solo cuatro planetas, Mercurio, Venus, La Tierra y Marte.
Durante los próximos 10 millones de años los veinte protoplanetas siguieron su curso alrededor del sol, pero un día el efecto combinado de sus fuerzas gravitatorias comenzó a perturbar sus órbitas provocando las primeras colisiones.
Con la violencia del choque los protoplanetas entran en fusión, engendrando un nuevo objeto cuyo tamaño es igual a la suma de los dos, el tamaño de un planeta depende del número de colisiones que lo han engendrado, uno o dos protoplanetas fueron suficientes para crear a Mercurio, para la formación de Venus hicieron falta ocho, Marte pudo ser perfectamente un protoplaneta arcaico que no sufrió ninguna colisión, en cuanto a la tierra fue sin duda el resultado de una decena de colisiones de este tipo.
Mercurio, Venus, la Tierra y Marte.
Debido a las colisiones la tierra comenzó a calentarse desde adentro, el hierro y el níquel se fundieron desplazándose hacia el núcleo, provocando un calor similar al de un horno gigante, convirtiendo la superficie del planeta en un mar de magma, los impactos más importantes pudieron haber esterilizado el planeta debido a las temperaturas alcanzadas.
La formación del núcleo terrestre, que algunos denominan la gran catástrofe de hierro, sucedió durante los primeros 40 millones de años de la existencia del planeta, y tuvo profundas consecuencias en nuestro futuro, dentro del núcleo el movimiento rotatorio de la bola de hierro fundido creo un importante campo magnético protector alrededor de la tierra, sin este campo la tierra sería un desierto sin aire carente de vida, conjuntos de materia provenientes del Sol pasan junto a la Tierra a más de un millón y medio de kilómetros por hora y podrían erosionar la atmósfera en unos millones de años, sin embargo el campo magnético desvía el viento solar protegiendo nuestro aire.
Hace 4500 millones de años, la tierra era una bola de abrazadora, toxica y estéril, lluvias de meteoritos caen en su superficie, con nubes de ácidos letales, la tierra parecía estar destinada a no albergar vida alguna, pese a esto todo estaba a punto de cambiar, la Tierra colisiono con el ultimo protoplaneta que se encontraba cerca de su órbita, en el cuarto o quinto punto de Lagrange. Este protoplaneta, llamado Theia, se estima que sería más pequeño que la actual Tierra, probablemente del mismo tamaño y masa que Marte. Iba oscilando tras la Tierra, hasta que finalmente chocó con esta.
La baja velocidad relativa y el choque oblicuo no fueron suficientes para destruir la Tierra, pero una parte de su corteza salió disparada al espacio como enormes nubes de roca en fusión.
Los elementos más pesados de Theia se hundieron hacia el centro de la Tierra, mientras que el resto se mezcló y condensó como parte de la Tierra o salió desprendida.
La órbita inicial de la tierra pudo ser estable, pero el choque de ambos la desestabilizó y aumentó su masa. El impacto cambió el eje de giro de la Tierra, inclinándolo hasta los 23,5º; siendo el causante de las estaciones (el modelo ideal de los planetas tendría un eje de giro sin inclinación, paralelo al del Sol, y por tanto sin estaciones), creando un mundo completamente nuevo, nuestro mundo.
La parte que salió despedida al espacio, órbito durante mucho tiempo después de la colisión, vistos desde la superficie debían formar un inmenso cinturón, parecido a los anillos de Saturno, estos fragmentos bajo la influencia de su propia gravedad fueron colisionando y fusionándose entre sí, hasta formar un objeto celeste imponente de forma esférica, capturada por la gravedad de la Tierra, así nació el satélite de nuestro planeta, nuestra Luna.
La tierra era un mundo de fuego, las temperaturas eran tan elevadas que la superficie del planeta era un océano de material fundido, pero incluso entonces, la tierra ya se estaba enfriando, la radiactividad que causaba buena parte del calor disminuía lentamente, preparando el camino para el primer cambio radical del planeta, su transformación en un mundo acuático.
Hace 4400 millones de años, la edad de la tierra era de unos 100 millones de años, los meteoritos seguían impactando en el planeta, pero el enfriamiento gradual del núcleo había hecho que la mayor parte de la superficie se solidificase formando una corteza de oscura roca volcánica, incluso entonces después de tan poco tiempo el agua ya se formaba en la superficie.
Hoy creemos que los océanos de la tierra provienen del espacio, llegaron en asteroides y cometas con un alto contenido de agua que salpicaron la tierra durante su proceso de creación, un fragmento de meteorito contiene el material con el que se formó la tierra, de este un 5% aproximadamente es agua, el agua de objetos como estos llego a la tierra y formo los océanos, los científicos están divididos al respecto, pero sea cual sea el origen del agua, cuando llego transformo el planeta por completo, al evaporarse de la superficie, el vapor de agua ascendió en cantidades inmensas y se unió al dióxido de carbono en la atmósfera primigenia, formando nubes espesas que lo cubrieron todo.
Esta condensación desencadenaría el mayor diluvio que ha sufrido la tierra, las tormentas azotaban el cielo y la lluvia comenzó a caer sobre la superficie rocosa, llovió durante millones y millones de años, el resultado fue un mundo acuático.
Hace 4000 millones de años, la tierra tenía 500 millones de años, más del 90% de su superficie se había convertido en un inmenso océano, pequeñas islas volcánicas se asomaban entre las olas, estos mares gigantescos eran ricos en hierro lo que les daba un color verde aceituna, el dióxido de carbono abundaba tanto en el cielo que parecía rojo.
La densa atmósfera ejercía una presión suficiente como para aplastar el cuerpo humano, el calor era abrazador, las temperaturas eran superiores a los 93 grados centígrados, este mundo acuático, toxico e inhabitable, duraría otros 500 millones de años, pero ya entonces se iniciaba otra transformación crucial, la actividad volcánica reapareció para desencadenar la creación de los continentes a partir de la creación de un nuevo tipo de roca, la tierra estaba a punto de convertirse en un planeta de granito.
Hace 3400 millones de años, la tierra tiene poco más de 100 millones de años, los inmensos océanos verdes lo cubrían casi todo, ninguna de las islas volcánicas que se asomaban sobre la superficie sobrevivían al embate de los mares, pero todo estaba a punto de cambiar, el aumento de la actividad volcánica submarina no tardaría en crear una roca más dura que daría lugar a los continentes, hace 3500 millones de años, el granito comenzó a aparecer por todas partes, el aumento de los fenómenos volcánicos había fracturado la corteza terrestre bajo los inmensos océanos, permitiendo que el agua entrase en las grietas de la lava fundida, esta mezcla de agua muy caliente y lava basáltica, dio lugar a una nueva roca, el granito.
El Cratón de Kaapvaal, formación de granito primitivo ubicado al sur de África
Ascendió desde las profundidades para formar la primera corteza continental, la corteza de granito no solo era ligera, también era resistente, lo bastante para soportar la fuerza erosiva de los océanos, durante los siguientes 2.000 millones de años, los protocontinentes de granito crecieron a un ritmo lento pero constante, en diferentes partes del globo la corteza granítica parecía poder formar algún día el corazón de grandes masas de tierra, el dominio de los océanos había llegado a su fin, los continentes habían llegado.
La lenta expansión de los protocontinentes de granito no solo cambiaría la apariencia del planeta, las costas poco profundas llenarían de vida la superficie bañada por el sol y ayudarían a desencadenar la producción de oxígeno, se cree que la vida primitiva unicelular se remonta casi al origen de los océanos, a mucha profundidad bajo las olas, viviendo del calor producido por las fisuras volcánicas submarinas, pero ahora están evolucionando y ascendiendo a la superficie, en la costa continental iba a aparecer un organismo que transformaría el planeta, el estromatolito.
El estromatolito se nutría de la luz solar y lleno la atmósfera de oxígeno, este organismo primordial todavía puede conseguirse en nuestra época, esta alga transformaba la luz del sol en oxígeno en un proceso conocido como fotosíntesis, durante 200 millones de años incontables generaciones de estromatolitos produjeron más de 20 mil millones de toneladas de oxígeno, en un principio el gas se disolvía en los océanos donde oxido miles de millones de toneladas de hierro, pero con el tiempo llenaría también la atmósfera y transformaría el planeta, el aspecto del planeta cambiaría por completo, cuando el hierro desapareció de los océanos, estos pasaron del verde oliva al azul, cuando el oxígeno llego a la atmósfera diluyo el dióxido de carbono y limpio el aire, por primera vez en su historia la tierra comenzó a parecerse al planeta que conocemos.
La aparición del oxígeno había teñido los océanos de azul y los continentes habían crecido hasta cubrir casi la cuarta parte de la superficie, pero su expansión no había acabado, bajo los océanos se desataban fuerzas que cambiarían su posición, imperceptiblemente los continentes se movían, a gran profundidad bajo la superficie el manto rocoso se mueve continuamente en círculos siguiendo las corrientes de convección de calor generadas en el interior del planeta.
Donde estas corrientes ascienden se forman grietas y las placas se alejan, en el espacio que dejan se forma nueva corteza marina.
Donde las corrientes del manto descienden arrastran la vieja placa oceánica hacia el interior de la tierra, cuando la placa oceánica se mueve también lo hacen los continentes.
Conforme los océanos que los separaban disminuían las enormes masas de tierra se unieron en un supercontinente, Rodinia.
Se cree que Canadá y los Estados Unidos formaban el corazón del supercontinente, y los demás continentes se agrupaban a su alrededor, quizás Rodinia era un lugar sin vida pero tendría un efecto crucial en la vida de los océanos, en las aguas oxigenadas crecían formas de vida primitivas junto a los estromatolitos.
Pero el enorme supercontinente estaba a punto de producir en ellos un tremendo impacto, Rodinia desencadenaría lo que hoy conocemos como la glaciación global, la mayor helada que el mundo jamás ha conocido.
Hace unos 700 millones de años la posición de Rodinia bloqueaban las corrientes que llevaban agua cálidas desde el ecuador hasta los polos, sin ese calor las regiones polares se helaron, el hielo que surgió reflejaba la mayor parte de los rayos solares y en un catastrófico efecto de bola de nieve las temperaturas cayeron aún más, y el hielo avanzo hasta cubrir la tierra, las temperaturas de la superficie cayeron hasta 40 grados bajo cero, los océanos estaban cubiertos por una capa de hielo de casi 1,5 kilómetros de espesor.
Las únicas criaturas vivas de la tierra, bacterias y algas marinas, los organismos marinos, quedaron atrapadas debajo en la oscuridad, el resultado fue desastroso, prácticamente todos los organismos vivos se extinguieron, el planeta entero se moría, el futuro de la vida en la tierra pendía de un hilo.
Pero bajo el hielo el supercontinente era un caos, inmensas erupciones volcánicas destrozaban Rodinia, ese calor provocaría el fin de la glaciación global, cuando Rodinia se fragmento el dióxido de carbono expulsado por las erupciones creo un efecto invernadero temporal, las capas del hielo retrocedieron, Rodinia se había desquebrajado en fragmentos gigantescos, y el dominio del hielo sobre la vida llego a su fin.
Durante el despertar de Rodinia se formaron mares poco profundos y el nivel de oxigeno aumento, los organismos primitivos podían dar su próximo gran paso adelante, se harían más complejos y mucho más peligrosos, el elevado nivel de oxigeno que había desencadenado esa explosión de vida en los mares también modifico la atmósfera, en los siguientes 100 millones de años el oxígeno alcanzo los actuales, un nivel lo bastante denso para permitir que se formase una capa de ozono en la parte superior de la atmósfera, esta capa permitiría abandonar los océanos a ciertas formas de vida, antes de eso la potente luz ultravioleta habría destruido cualquier organismo que no estuviese protegido por el agua, ahora la capa de ozono actúa como un escudo ultravioleta.
Hace 400 millones de años, la tierra tiene más de 4 mil millones de años de edad, en los próximos cien millones de años los continentes volverán a unirse, y esta vez, gracias a la capa de ozono, los seres vivos podrán abandonar los océanos y conquistar tierra firme, el planeta Tierra se había convertido en un mundo de pantanos tropicales, estos densos pantanos tropicales dominarían la tierra durante los siguientes 60 millones de años, podemos hallar pruebas de ellos en todos los continentes en forma de carbón, conforme las plantas muertas se transformaban en carbón y tierra, las aguas poco profundas que rodeaban los continentes acumulaban millones de generaciones de organismos muertos que se convertirían en otros combustibles fósiles, petróleo y gas.
Hace 250 millones de años, durante cientos de millones de años la vida en la superficie había afrontado numerosos retos para sobrevivir, pero nada parecido a lo que estaba a punto de ocurrir, en la actual Siberia la corteza de la tierra se convirtió en una marisma volcánica, causada por una erupción del manto poco frecuente.
Nadie sabe con certeza porque, pero en ocasiones enormes masas de manto caliente se elevan desde el interior, fundiendo y aplastando la corteza.
Estas erupciones continuaron durante más de un millón de años, arrojaron más de 4 millones de kilómetros cúbicos de roca fundida, suficiente para enterrar los actuales Estados Unidos bajo una capa de más de 300 metros de espesor, el planeta entero se cubrió de nubes de gas toxico, la mayoría de las especies no pudieron soportarlo, más del 95% se extinguieron, fue el mayor cataclismo que el planeta haya vivido.
El planeta que surgió de ese caos se había transformado, dominado por un nuevo supercontinente, Pangea.
El clima seguía cambiando dramáticamente, en los siguientes 200 millones de años el oxígeno y el dióxido de carbono alcanzarían niveles desconocidos y los animales que habían sobrevivido a la extinción evolucionarían hasta convertirse en las criaturas más famosas que hallan caminado sobre la superficie de la tierra, los dinosaurios.
Hace unos 180 millones de años, un nuevo aumento de la actividad volcánica desgarro el supercontinente, los fragmentos continentales comenzaron sus largos trayectos hacia la posición que ocupan hoy, Norteamérica, Sudamérica, África y Europa siguieron caminos diferentes, el supercontinente Pangea dejo de existir.
Había dinosaurios en cada uno de los nuevos continentes, y el cálido y húmedo clima volcánico parecía apropiado para ellos, era un calentamiento global descontrolado, los niveles de CO2 aumentaron más de un 500% y las temperaturas se dispararon, esto provocó un efecto invernadero que permitió la expansión de enormes bosques tropicales por varios continentes.
Hace 65 millones de años, el planeta florecía, la vegetación era densa en la superficie, los seres vivos prosperaban como nunca lo han hecho, pero los poderosos dinosaurios estaban a punto de desaparecer de la faz de la tierra, el planeta de los dinosaurios había sido alcanzado por un enorme meteorito.
La polémica sobre esta teoría duraría más de 10 años, hasta que la última pieza del rompecabezas fue descubierta en México, un cráter oculto de más de 160 kilómetros de ancho, un meteorito de más de 9,5 kilómetros de diámetro, su impacto en el planeta tuvo que ser devastador, los inmensos dinosaurios y la mayoría de las especies más importantes se extinguieron.
El nuevo mundo que vendría, aun cubierto de una espesa capa de cenizas en la atmósfera seria el mundo de los mamíferos y el mundo del hombre.
Hace 50 millones de años la vida se recuperaba lentamente de la extinción masiva que acabo con los dinosaurios, la tierra tenía 4 mil cuatrocientos millones de años aproximadamente, pero solo ahora comenzaban a prosperar los primeros mamíferos, nuestros antepasados, pero mucho antes de la aparición de los humanos, los continentes seguían moviéndose y chocando entre sí, lenta pero constantemente la superficie comenzó a parecerse a la actual, la tectónica de placas y la erosión creaban los espectaculares paisajes que vemos hoy.
Hace 2 millones de años, los antepasados de los seres humanos actuales habían comenzado su expansión desde África, pero la tierra se enfriaba a su alrededor, la mayor parte del planeta no tardaría en estar cubierta de glaciares, las glaciaciones habían llegado, las grandes heladas se desencadenaron cuando los volcanes de Panamá se desbordaron creando la lengua de tierra que unió Norteamérica con Sudamérica, y alteraron radicalmente las corrientes oceánicas del planeta, los mares polares se enfriaron notablemente, esto provocó un fuerte descenso de las temperaturas por todo el planeta que señalo el comienzo de unas glaciaciones que durarían decenas de miles de años.
En los últimos 2 millones de años, debido a los cambios del clima las inmensas capas del hielo crecieron y menguaron, en cada trayecto hundieron y aplastaron la tierra bajo su peso, el clima templado que siguió al fin de la última glaciación permitió a los primeros seres humanos moverse libremente por la superficie, en este breve periodo, se ha desarrollado toda la historia de la civilización humana.
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